miércoles, 4 de mayo de 2011

Prima Primavera

La primavera ha venido y nadie sabe como ha sido, decía el universal Antonio Machado. Llega como este blog, que nace casi, casi cuando la primavera está instalada, o mejor dicho cuando renace, porque en estas latitudes sureñas, y así lo demuestra este año una vez más, la primavera llega cuando el invierno aún no ha soltado su último aliento y se marcha antes de entregar su femenina belleza a la voracidad de la canícula estival, que a “ratos”, con un sol de justicia, empieza a mostrar ya su zarpa.
Pero el campo además de reverdecer con estas lluvias casi tardías, retoma la vida con salpicaduras de color que hacen hervir el paisaje junto a las flores de jaras y lavandas. Mientras, el aire se llena con los trinos de las innumerables especies de aves que nos acompañan discretamente durante todo el año, como pardillos, jilgueros o verderones, o que nos visitan para deleite de los sentidos como el maravilloso e inabarcable ruiseñor. También los grillos comienzan ya por doquier a llenar con su canto monocorde las horas crepusculares, canto que ya no cesará hasta que más adelante rivalice con el de chicharras cuando el sol castigue inclemente.
Durante las noches, en parques y zonas arboladas, esas miniaturas de búhos que son los autillos emiten su potente canto territorial, tan sorprendente para su reducidas dimensiones, mientras que en los humedales, las hembras de cigüeñuelas ya están incubando contemplando a sus parejas que con fuertes voces y vuelos racheados delimitan su territorio, acompasados por el croar de miles de ranas.
El cielo desbordante de cegadora luz, es cruzado una y mil veces por la guadaña alada de las golondrinas, que incansables nos siguen deleitando con sus inverosímiles y acrobáticos vuelos. ¡Eso sí que es un espectáculo aeronáutico!
La Naturaleza se “despertó”, nos despierta y nos brinda el mundo, incluso en la jungla de asfalto si queremos y sabemos observarla. La vida se abre paso con fuerza a pesar de los obstáculos que insistentemente le ponemos, y a los árboles me remito, siempre callados, siempre presentes, con su regalo de verde y vital sombra tan sólo a cambio de respeto.
Sí señor, la primavera está que se sale, el escenario está por todas partes, los actores son de primerísima línea y la función es gratis, ¿Qué más se puede pedir? Pasen y vean, siéntense y sobre todo, siéntanse. Feliz primavera.