miércoles, 21 de marzo de 2012

Tocan tiempos dificiles

Sí, lo sabemos los tiempos que nos están tocando vivir son difíciles, pero hasta el hartazgo, sobre todo con tanto intencionado y sistematico bombardeo sobre la crísis. Las consecuencias que ya se están produciendo por la falta de inversión o lo que es peor por la “contrainversión” en el terreno del medio ambiente lo están también corroborando y son más que preocupantes. Los recortes en lo básico también están inundando, nuestros ríos, bosques y fauna con el peregrino argumento que ya estamos hartos de oir, no hay dinero para estas cosas…, pero sí para Bancos y especuladores financieros.
No gastar dinero en preservar o mejorar nuestro medio, demuestra una incapacidad y escasez de miras hacia el difícil futuro ecosocial que se vislumbra que da pavor, a tenor de casi cualquier parámetro de seguimiento que evaluemos, pero gastarlo en destruir o alterar lo que aún nos queda de naturaleza bien conservada, es como poco rayante en la mayor de las ignomínias, por el absoluto desprecio que supone para con las generaciones a las que se les privará de aún más recursos para el disfrute de una mínima calidad de vida. Esto es lo que parece amenazar ( y así lo refleja el programa del PP) con las actuaciones que se prevén realizar en sendos espacios naturales de la talla de Sierra Nevada y Doñana. En el primero, bajo presión de la Estación de Esquí para su ampliación hacia el interior del mismisimo Parque Nacional y en el segundo con la construcción de una nueva carretera que una las provincias de Cádiz y Huelva, atravesando el Parque Natural, que rodea y protege al Nacional, por la zona norte. Desarrollo dicen.
Es lo que yo llamo “contrainversión”, es decir invertir en destruir, por más que lo quieran disfrazar con medídas compensatorias, a las que prestos se hallan a recibir sus “beneficios” muchos componentes de la comunidad científica, ávidos de presupuesto para poder mantener sus equípos de investigación. ¿No sería mejor invertir en aquellos procesos y proyectos que sí demuestran que funcionan y crean verdadera riqueza en estas zonas naturales? De esto hay mil y una propuestas que nunca o casi nunca son oidas, sencillamente el porqué de ello reside en que esa riqueza que generarían no iría a parar en forma de vil metal a los bolsillos de los de siempre, alejados e indiferentes como poco del verdadero futuro por el que hay que apostar en esos territorios, sino a los legítimos usufructuarios que contribuyen a su preservación, sus pobladores. Casos miles de ese mal los hay por toda la piel de toro que nos cobija, amparados por el bipartidimos que corroe los cimientos de la democracia.
Y sin ir más lejos de nuevo en Andalucía, ¿que va a pasar con el Hotel de la playa del Algarrobico?, también como no, en pleno Parque Natural Cabo de Gata, una de los pocas zonas costeras de España impolutas de hormigón. Este ejemplo, nos demuestra con algo más que un botón lo que tenemos y lo que nos quedará por ver, corruptelas, impasividad de la adminitración y sus políticos y complicidad de sus votantes. Miedo da ante este escenario, la propuesta de modificación de leyes fundamentales que supusieron un importante avance en la conservación de nuestro territorio, como la Ley de Costas, entre otras que preve modificar el actual gobierno. Luego, como siempre, llegarán las lamentaciones. A quienes lo hagan, no les faltará desde luego ningún muro de cemento para hacerlo.

Por último, hoy, Día Forestal Mundial, cabe preguntarse, que será de nuestros montes con la llegada de los recortes y el "apoyo" sin igual de la escasez de precipitaciones que estamos teniendo, sobre todo en el sur, cuando llegue el terrible estío. Hoy me ha llegado la noticia de que la Administración de la Junta de Andalucía ha decidido ante la escasez de presupuesto no continuar con el Sistema Bosque contra incendios forestales, referencia mundial en la detección automática de estos desastres naturales desde su creación en 1992. Este sistema desarrollado en Andalucía y apoyado por la Consejería de Medio Ambiente, que permitía detectar cualquier conato de incendio (un pequeño fuego de un metro cuadrado a diez kilómetros), eso es apoyar la I+D+i, ¡sí señor!. Lo alucínante del tema es que a la Junta de Andalucía, cada hectárea quemada le cuesta más 6.000 euros entre apagarla y restaurarla, frente a 0,5 euros que cuesta cada hectárea vigilada por el Sistema Bosque.
¿Alguien da más? O mejor dicho, ¿menos?