miércoles, 26 de diciembre de 2012

La penultima...



Tan pronto como aprendemos un nuevo palabro derivado del mundo anglosajón, nos viene otro encima que nos vuelve a enredar para quedarse.  En este caso, por desgracia no es un añadido que únicamente contamina nuestra lengua, sea cual sea la que se hable en este país, sino que lo hace también con nuestro maltratado medio ambiente. Me estoy refiriendo al fracking, que es el término con el que se refiere a la penúltima técnica que se empieza utilizar para seguir destruyendo y contaminando nuestro territorio natural. En esencia el fracking consiste en fracturar (fácilmente deducible por su nombre) la roca madre sobre la que se asienta todo, fundamentalmente compuesta de pizarras y esquistos, para extraer el gas que está atrapado en ella. El método no puede ser más bestia, se  utiliza una técnica de perforación mixta: en primer lugar se perfora hasta 5000 metros en vertical y después se perfora varios kilómetros en horizontal (2 a 5). A continuación, se inyecta agua con arena (98%) y una serie de aditivos químicos (2%) a gran presión. El resultado es que la roca se fractura, liberando el gas que contiene ascendiéndolo hasta la superficie a través de un pozo. El proceso se repite hasta que se ha extraído todo el gas de la veta rocosa. Hasta ahí, como siempre, aparentemente algo “inocuo” según sus defensores, pero parte de la mezcla inyectada vuelve a la superficie, en concreto entre un 15 y un 85%.

Pero ¿Cuáles son las consecuencias que todo este proceso acarrea?. Para empezar diré que esta técnica no tiene nada de novedosa, lleva años aplicándose en países como Estados Unidos y como siempre, ellos ya han sentido en sus “carnes” los efectos, así que como siempre también los desoiremos en esta ocasión. Los principales problemas que se han detectado en el uso de esta técnica en las zonas donde se lleva a cabo se pueden resumir en contaminación de las aguas superficiales y subterráneas, contaminación del aire, afecciones a la salud humana, alteraciones del paisaje y el terreno, contaminación de suelos al cerrar los pozos e incluso en zonas sensibles, riesgo sísmico.

Si sólo pensamos en el riesgo de contaminación de los acuíferos, estamos hablando de que en nuestro país alrededor de un 30% de la población se abastece de agua de estas zonas. Pensemos que retornar a su estado original un acuífero es en la práctica imposible o al menos hoy por hoy inviable económicamente, con lo que en términos reales estamos poniendo en manos de intereses privados ajenos a este recurso vital, el capital hídrico del que habremos de tirar para abastecernos ante el escenario climático que se nos avecina.

Ante este nuevo despropósito yo me pregunto, ¿de verdad necesitamos recurrir a este sistema a todas luces insostenible, en lugar de apostar por los ilimitados recursos energéticos que nos proporciona abundante y limpiamente la naturaleza? Es como si viviéramos al borde de un inmenso lago de aguas cristalinas y nos empeñáramos en construir una fábrica de refrescos para mitigar nuestra sed, cuyos desechos sin depurar los vertiéramos a ese mismo lago. Demencial.

Echa

d un vistazo a esto
El infierno del fracking (I y II)
http://www.youtube.com/watch?v=0RvSj_DI8MI 
http://www.youtube.com/watch?v=n7GIK5SVreQ 

y a esto...